Conducir un auto no es una tarea fácil, requiere de ciertos conocimientos viales y técnicos, además de práctica en el volante. Cada persona tiene una manera muy particular de manejar un auto, hay quienes se preocupan por mantenerlo limpio, manejar con precaución, sentir su potencia, frenar con motor o conseguir el mayor rendimiento de combustible, por mencionar algunos.
Estadísticamente la probabilidad de sufrir más accidentes de auto se sitúa entre los 25 y 34 años, aunque no significa que se trate de los conductores de más alto riesgo. El rango de edad que mayor frecuencia de accidentes presenta es el de los 16 a 24 años, seguido de las personas mayores de 65 años.
En cuanto al sexo, los hombres registran mayor número de accidentes que las mujeres, y se debe en parte a que existe un mayor número de conductores masculinos que femeninos, además de que las mujeres suelen ser más precavidas para la conducción como sería el caso de no manejar bajo los efectos del alcohol o guardar cierta velocidad cuando viajan con sus hijos, entre otros.
Retomando el punto de la edad, la mayoría de los jóvenes tiene una menor percepción del riesgo y una excesiva confianza sobre sus posibilidades de controlar el vehículo en cualquier situación, manejan a velocidades de más de 100 km/hr y no respetan los señalamientos viales, mientras que los conductores de edad avanzada luchan contra factores como la neblina, lluvia intensa, tránsito o conducir en la noche.
En cuanto a la conducta, podemos clasificarlos en función de su actitud al volante como:
- Conductores irresponsables: No respetan las reglas ni los señalamientos de tránsito.
- Conductores agresivos: Generalmente “lanzan la lámina a todo el mundo” y en ocasiones sin motivo alguno. Conducen a altas velocidades y se enfurecen por cualquier motivo.
- Conductores estresados: Son despistados para manejar, conducen a alta velocidad debido a que van luchando contra el tiempo o alguna situación que los sacó de quicio.
- Conductores tranquilos o pasivos: Manejan sin la preocupación del tiempo, el tránsito o el estrés. Son precavidos y es importante para ellos llegar lo más seguro posible, sin importar la distancia del viaje.
- Conductores despistados: Suelen poner poca atención en los espejos, se distraen con facilidad con el radio, el teléfono o algún otro pasajero.
- Conductores compulsivos: Como ejemplo más común está el conductor que espera a que cambie el alto al siga para tocarle el claxon al auto de enfrente.