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Prueba de Manejo

Mazda MX-5 2009 a Prueba

El mejor exponente del concepto Zoom Zoom de la marca en México, hecho para la calle.

Mazda MX-5 2009 a Prueba

Antecedentes

La historia del Mazda Mx-5 (Miata o Eunos) se remonta a 1989 cuando según las malas lenguas se dice que la marca japonesa se inspiró en el Lotus Elan para crear su pequeño roadster que a diferencia del inglés sigue en las calles del mundo siendo un éxito comercial para la marca japonesa desde aquella década.

Tres generaciones han pasado del pequeño MX-5 con cambios mínimos en su apariencia aunque cabe destacar que la primera generación tenía un extraño parecido al “Rayo McQueen”. Las dos generaciones posteriores se limitaron a pulir los detalles en carrocería así como la parte mecánica, manteniendo la esencia estética.

En general la industria automotriz comenzó a incrementar el tamaño de sus autos y motorizaciones, alejándose de aquellos deportivos biplaza que transmitían el camino directamente a nuestros pies y manos. El MX-5 pasó de tener 115 a 167 caballos (para la versión sport), así como evolución en su chasis y mecánica en general pero, con el mismo enfoque desde hace 20 años.

Cambios Exteriores: la silueta sigue siendo la misma de hace 20 años, para el presente las fascias cuentan con faros para niebla, nuevos rines de mayor dimensión y juegos ópticos estilizados con respecto a la segunda generación.

Cambios Interiores: mayor comodidad y equipamiento acorde a los tiempos actuales.

Precio: la unidad que probamos fue el Mazda MX-5 Grand Touring, con toldo rígido y transmisión automática. $ 389.400 pesos.

Características Técnicas y Mecánicas.

Cuenta con el sistema de frenado ABS y distribución electrónica de frenado además de incorporar de serie el control de tracción, ambos por desgracia no se pueden desconectar. La versión Sport cuenta con amortiguadores Bilstein mientras que el Grand Touring monta de gas. La motorización que acompaña al vehículo difiere entre ambas versiones por 9 caballos. 

El motor de 4 cilindros del Grand Touring cuenta con 158 hp y genera 190 Nm de par motor, lo cual es más que suficiente para mover sus 1.188 kilos. El manejo se ve beneficiado gracias a la suspensión delantera McPherson y trasera independiente, ambas con elementos de aluminio.

Sin lugar a dudas el punto que le da la diversión al MX-5 es la tracción trasera, siendo el auto más barato comercializado en nuestro país con esta modalidad (dejando a un lado el “vocho”), la versión Grand Touring cuenta con una caja automática de 6 velocidades, mientras que el Sport monta una manual de la misma cantidad de marchas.

Evolución Técnica: la presente generación contempla mejorías en la rigidez del chasis y un mejor equilibrio de peso con su motor central delantero. Además que se mejoró la aerodinámica del mismo reduciendo los ruidos al interior aun con la capota abajo.

Beneficios para usted: menor ruido al circular, una aceleración gradual  así como un control preciso gracias a su corta distancia entre ejes.

Puede Mejorar: para los puristas nada, pero para los que quieren viajar por tramos carreteros con pendientes, un turbo de baja presión no le caería nada mal.

Confort

Para ser un auto de orientación deportiva es muy cómodo, la suspensión en el Grand Touring logra absorber gran parte de las imperfecciones del camino y el manejo es suave en baja velocidad. Los asientos brindan buena sujeción lateral y lumbar incluso en maniobras a velocidad. “En gustos se rompen géneros” dice el refranero popular y desde una perspectiva personal, quedaría mejor un volante de menor diámetro.

Los elementos de comodidad del tablero gracias a las dimensiones del auto se encuentran al alcance de la mano fácilmente, pero eso de poner el seguro para el tapón de gasolina en el compartimiento que se encuentra entre los asientos nos es práctico ni buena idea.

El sistema del toldo retráctil rígido tarda alrededor de 12 segundos y solo basta liberar la palanca y accionar un botón para tal efecto, mientras que en el toldo de lona el procedimiento es manual totalmente. Además el aislamiento de ruido al interior de la cabina es lo mejor, con todo y el toldo abajo.

Si usted quiere un deportivo convertible y no quiere molestarse en el accionamiento del toldo, la versión Touring es la indicada, pero si quiere hacerlo “a la vieja escuela” y con un poco más de caballos tenemos el Sport. No esperemos comodidad a la hora de entrar o salir debido a la altura del mismo, pero algún defecto tenía que tener, ¿no?

Mejoró: en este apartado no se puede hacer una comparación directa al no tener un parámetro anterior, ya que fue la tercera generación la que llegó a México directamente.

Manejo

Tomamos carretera hacia las instalaciones del Centro Dinámico Pegaso para enfrentar al MX-5 al trazo sinuoso de la pista, el cual es su hábitat natural. El tramo de la carretera nos permitió sentir un auto muy equilibrado con una dirección suave pero muy precisa que transmite el terreno por donde pasemos pero sin castigar nuestras articulaciones como sería un Mini JCW. 

Al llegar a la pista nos encontramos con un clima un tanto adverso, con encharcamientos en las curvas y un pavimento frío, el cual nos permitiría sentir el control (y descontrol) del MX-5, aún con los sistemas de ayudas electrónicas el manejo corre a cargo de nuestras manos y sensibilidad con el pie en la mayor parte del tiempo.

En las primeras curvas se pudo constatar la diversión y demanda de manejo que brinda la tracción trasera, ya que al entrar con demasiada velocidad a las curvas el auto se iba irremediablemente de atrás, lo cual se acentuaba por las condiciones de la pista. Esta situación se traduce al manejo cotidiano o en carretera donde una intempestiva lluvia nos pondrá a manejar con mucho cuidado.

Luego de quitarnos el vicio de manejar tantos autos tracción delantera y poder domar al MX-5, la experiencia es muy divertida. El manejo requiere mayor precisión y sensibilidad con el freno y acelerador, pero permite llevar hasta los límites el curveo así como usar el subviraje y sobreviraje para atacar las curvas.

Durante la curva el movimiento del volante y acelerador nos mantendrán en la línea ideal para poder salir apoyados hacia la siguiente vuelta. En ese punto el auto también cuenta con una gran respuesta gracias a su tracción posterior que nos catapulta hacia adelante no importando la reducida cantidad de caballos.

Por ejemplo un auto “deportivo” de tracción delantera al salir de una curva cerrada a mucha velocidad pierde adherencia y la fuerza del motor (Par) se pierde en lo que tomamos rumbo, en el caso del MX-5 podemos salir “cruzados” pero nuestra mirada y dirección ya se encuentran apuntando al camino por delante.

Sin lugar a dudas por su peso y tracción el MX-5 exige un manejo más cuidadoso en altas velocidades, mientras que en baja nos encontramos con un auto normal de calle.

Espacio de Carga

Pues bueno este punto es subjetivo ya que la configuración del auto no permite mucho espacio por lo que nos brinda apenas 160 litros en la cajuela, lo cual puede ser suficiente para equipaje ligero. Mientras que en el habitáculo cuenta con espacios entre los asientos y la guantera. Cuenta con lugares para poner cosas en el tablero e interiores de las puertas que el dan mayor versatilidad.

Puede Mejorar: el espacio en cajuela definitivamente no, pero los compartimientos del habitáculo podrían ser de mayor tamaño.

Competencia

Es una confrontación directa entre el MX-5 y el Pontiac Solstice, ya que por desgracia Honda nunca quiso traer el S2000, y los modelos Z4 de BMW, el 370Z de Nissan o incluso el Eclipse, se encuentran en otro nivel de cilindrada, potencia y precio.

El manejo entre los dos autos es la demostración de los estilos americano y japonés. El Solstice es una “bala” a la salida pero su manejo no es tan preciso como el MX-5, la frenada del Mazda es mucho más consistente además de que su equilibrio entre potencia y peso permite “jugar” con mayor soltura en las curvas.

Conclusión

Sin lugar a dudas el MX-5 es un capricho por el precio, pero al tenerlo podremos darnos cuenta que funciona muy bien como auto de diario, además e brindarnos un regreso a los orígenes del automovilismo, con un manejo muy de “máquina-persona” y no regidos por diversos sistemas de control que si bien son un aparado de seguridad muy importante, si nos quitan esa pasión y sensibilidad de manejo.

Comentarios: ricardo@autocosmos.com