Luego de la contingencia sanitaria que canceló intempestivamente la fecha original del Concurso de la Elegancia, se llevó a cabo por fin los días 13 y 14 de junio en Huixquilucan bajo un sol pleno. Las lluvias no se hicieron presentes y los asistentes tuvieron la oportunidad de ver la combinación de épocas automotrices con autos nuevos y clásicos.
Ser juez de un evento así debe ser difícil ya que el detalle que aplican los restauradores de autos a sus unidades es extremo, cerrando la decisión de cuál es el mejor. La edición 23 del concurso repitió un doble primer lugar con el Jaguar MKIV de 1947 (3.5 litros, seis cilindros de 125 HP) y el Mercedes Benz 220B Cabriolet de 1952 (2.2 litros de seis cilindros, 80 HP), dos auténticas joyas que parecían recién salidas de la línea de montaje.
Además de ellos pudimos ver auténticas rarezas y muchos otros autos que podían fácilmente ganar el primer puesto. Las líneas clásicas se combinaron con las novedades de la industria nacional.
Mitsubishi dejó ver a su Grandis 2010, al igual que la Montero Sport que hace poco hizo su presentación oficial, pero el que robaba las miradas era el Lancer al centro del Stand. Posteriormente Ford sorprendió a los asistentes con el Mustang Shelby GT500 y el Focus RS dos autos pura sangre y conceptos opuestos, además del nuevo Focus 5 puertas.
General Motors dejó ver a la gente su Camaro y las pruebas en Off Road del Hummer y Cheyenne, además de una versión limitada a 100 unidades del Pontiac Solstice. Land Rover y Jaguar presentaron la versión especial de la LR2 y Portfolio, respectivamente. Uno de los autos más vistos fue sin duda el Mastretta, el primer auto deportivo Hecho en México, que ha comenzado ya su distribución en el mercado europeo.
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