La crisis monetaria sigue causando estragos a la industria automotriz, la cual es uno de los mayores motores de nuestra economía. Factores como la incertidumbre, las complicaciones para acceder a créditos y las tasas de interés siguen siendo el principal problema pero el pasado mes se agravó todo debido al brote del virus N1H1 que detuvo toda actividad laboral y productiva.
En el acumulado de los primeros meses del año 2009 (enero-mayo) la caída de ventas llega a un 30.6%, mientras que el propio mes de mayo lanza una reducción de 37.7%, la producción cae en estos primeros meses en un 41.7%. Por su parte la exportación disminuye en un 44.3% en el mes de mayo y un acumulado en lo que va del año de 41.5%.
Estos porcentajes posiblemente no le digan mucho como datos concretos por lo que como ejemplo tenemos al ya eterno Tsuru que en el mes de mayo del 2008 vendió 27,375 unidades, mientras que en este año apenas desplazó 19,734 coches lo que habla de una baja del -27.9%.
Nuestra economía automotriz va ligada estrechamente a la estadounidense, la cual se encuentra en pleno periodo de reestructuración con sus marcas como General Motors y Chrysler. Por otra parte su mercado se ha contraído y como resultado de ello ha disminuido la demanda de los productos hechos en México.
En conferencia de prensa de la AMIA / AMDA se vislumbra una mejora de la economía y en el sector pero llegará hasta el último trimestre del 2010, nada esperanzador pero llegará.
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