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Prueba de Manejo

Pontiac Solstice GXP 2009 a prueba

El roadster de Pontiac ahora con un desempeño acorde a su diseño

Pontiac Solstice GXP 2009 a prueba

Antecedentes

El nombre Pontiac que hace años remitiera a puro músculo americano y fuera la referencia cuando se hablaba de autos deportivos en General Motors ha experimentado complicaciones en los últimos tiempos. Esta firma que se hizo famosa en la época de la guerra de los hp (1961 - 1970) por sus bestiales e inmensos GTO, Firebird o ya entrados los ochenta el Fiero, un pequeño auto de motor central que sin duda dio mucho de que hablar. En los años posteriores, Pontiac fue perdiendo identidad y su gama de modelos se vio reducida a simples copias de la gama de Chevrolet.

En 2006 un pequeño roadster biplaza diseñado para competir con el Mazda MX-5 (Miata) llegó al mercado, el Solstice que causó gran revuelo cuando se presentó a manera de concepto inmediatamente se convirtió en el auto más emblemático de Pontiac y aunque es cierto que el futuro aún es incierto debido a la situación económica de GM actualmente, el Solstice y su vitaminada versión GXP de 260 hp, así como el nuevo sedán de tracción trasera G8 son la punta de lanza que podría permitirle a Pontiac regresar a sus orígenes convirtiéndose en una marca de nicho pero fiel a aquellos valores que la hicieron grande.

Cambios Exteriores: Los cambios son menores, un par de emblemas con la leyenda GXP y un pequeño deflector trasero.
Cambios Interiores: Costuras en el respaldo del asiento y nada más.
Precio: $340,900 pesos

Características Técnicas y Mecánicas

Uno de los grandes problemas del Solstice cuando llegó en 2006 era la falta de potencia que presentaba, el 2.4 litros de 177hp simplemente no estaba a la altura de la imagen de deportivo del auto. Las plegarias de los entusiastas fueron escuchadas y GM ha dotado al Solstice en esta versión denominada GXP de un sublime motor Ecotec de 4 cuatro cilindros en línea que con 2.0 litros, apertura variable de válvulas y un turbocargador entrega 260hp y que se acopla a una transmisión manual de cinco relaciones que envía la potencia a las ruedas traseras.

Una cosa es segura, el Solstice en su versión GXP no es más un auto lento, sus cifras de aceleración son infinitamente mejores que en el modelo base y aún así logra tener mejores números en términos de economía de combustible con 12.2 km/l en carretera y 8.1 km/l en ciudad.

Elementos de seguridad como el Control de Estabilidad, Control de Tracción, bolsas de aire frontales, bloqueo para el diferencial trasero y frenos ABS hacen el equipamiento de seguridad.

Evolución Técnica: La adición de un excelente motor 4 cilindros turbo de 260hp.
Beneficios para Usted: Un desempeño mucho más deportivo y acorde con la apariencia del auto.
Puede Mejorar: Una transmisión más precisa y de seis velocidades, así como un mejorado sistema de frenado no le vendrían mal.

Confort

Todo lo brillante que el Solstice GXP puede ser en términos de diseño o desempeño es penalizado en las áreas de confort, versatilidad y ergonomía. Los asientos forrados cuero no tienen soporte lumbar y encontrar la posición adecuada de manejo es complicado, aún cuando ha ganado ajuste de altura en los asientos, acomodar a una persona de talla grande no es sencillo.

El volante con ajuste en altura, más no telescópico cuenta con mandos para el sistema de audio que muestra un desempeño bastante bueno e incorpora cargador de 6 CDs. Una conexión Bluetooth para el teléfono móvil también está presente así como espejos y cristales eléctricos. El toldo ha ganado elementos de aislamiento acústico que se agradecen mucho, aunque se mantiene esa complicada logística necesaria para quitarlo o ponerlo ya que el proceso demanda varios pasos y caminar de un lado al otro en repetidas ocasiones.

La ergonomía es un punto en el que el Solstice ya era débil desde que llegó al mercado y la nueva versión GXP no ha cambiado eso, los botones de los cristales eléctricos son difíciles de operar ya que quedan muy atrás, asimismo alcanzar el cinturón de seguridad es también complicado y los espacios para acomodar objetos en la cabina y que son tan importantes simplemente no existen.

Mejoró: No cambia con respecto del Solstice base.

Manejo

En el apartado del comportamiento dinámico, el Solstice GXP deja un par de sensaciones encontradas. Hay que decir que el empuje y respuesta del 2.0 litros de 260hp es simplemente magnífico, las recuperaciones son sorprendentes, este motor sube de vueltas con facilidad y catapulta al GXP a velocidades de infarto en segundos. Pero un motor potente no sirve de mucho si otros elementos del conjunto como la suspensión, transmisión o frenos no están a la misma altura, en ese sentido hay que decir que el Solstice GXP es un auto que va muy bien en curvas, el comportamiento es neutral y muy predecible con enormes capacidades para rodar rápido en caminos sinuosos, la suspensión tiene un ajuste excelente, es suficientemente rígida para brindar un manejo deportivo adecuado pero no penaliza demasiado cuando se circula por avenidas maltratadas.

Por otra parte la transmisión se siente algo pesada e imprecisa para hacer los cambios, acostumbrarse al punto de corte en el pedal de clutch es complicado. Los frenos por su parte aunque muestran buena firmeza en el pedal tienden a fatigarse y en ocasiones se siente que no tienen el poder suficiente para detener las rápidas aceleraciones que el 2.0 litros turbo es capaz de brindar.

No cabe duda, el Solstice se muestra como un vehículo deportivo de capacidades bastante serias, acelera y curvea excelente, pero la transmisión y frenos podrían ser mejores (no parecen haber mejorado con respecto del Solstice base) y son dos puntos bien importantes al momento de evaluar un auto deportivo en su totalidad.

Lo bueno: Explosivo motor, el Solstice GXP es muy balanceado y predecible en curvas.
Puede Mejorar: Una transmisión más precisa y suave, un sistema de frenos más grande.

Espacio de Carga

Hablar del espacio de carga en el Solstice es difícil, en parte porque para empezar la cajuela es pequeña, pero más aún su extraña forma impide que se le pueda usar para cargar algo tan básico como sería una pequeña maleta en forma de salchicha para ir al gimnasio. Mucho menos esperar que pueda cargar con el equipaje de una pareja necesario para pasar fuera un fin de semana. Lo anterior se debe a que en el centro de la cajuela se eleva una protuberancia de proporciones bíblicas que resulta en una cajuela con espacio disponible solo en la periferia, es como un molde para hacer una rosca y el problema es que las cosas que cargamos raramente tendrán esa forma.

En el interior los espacios portaobjetos tampoco están disponibles, una pequeñísima ranura ubicada en el piso junto a la puerta pretende hacer la función que hacen los revisteros en otros autos. La consola y tablero carecen de cualquier hueco para alojar unas monedas, un comprobante de pago o el boleto del estacionamiento. Existe un pequeño compartimiento en entre los respaldos de los asientos, pero colocar cosas ahí no es una operación que se pueda realizar sin quitar la vista del camino.

Puede Mejorar: El espacio de carga es virtualmente inútil, una cajuela pequeña pero con forma más tradicional sería buena idea.

Competencia

El rival natural del Solstice es el Mazda MX-5, pero al ganar este nuevo motor se vuelve significativamente más potente y es de esperar que también será bastante más caro, aún así el Pontiac supera sin problema al Mazda en aspectos de velocidad, diseño y presencia, aunque en balance y manejo el MX-5 sale brinda una experiencia magnífica. En el segmento de los roadster de dos plazas la oferta gruesa la componen los fabricantes premium con ejemplares muy bien logrados como los; Audi TT, BMW Z4 o el Mercedes Benz SLK, que también  es cierto, están en una liga de precios muy distinta a la del Solstice, en todo caso el 370Z de Nissan aunque no es cabriolet podría ser interesante como competidor a reserva de ver el precio final de ambos una vez que sean presentados en nuestro mercado.

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Comentarios - rubenhoyo@autocosmos.com