2.Inspeccionar los indicadores de desgaste y el estado general de las llantas.
3.Respetar los índices de carga y velocidad.
4.Adecuar la conducción a las características y circunstancias del terreno.
5.Evitar frenazos y aceleraciones bruscas.
6.Verificar la llanta de refacción.
7.Revisar los órganos de la dirección, suspensión y frenado.
8.Acudir siempre a un especialista que realice las labores básicas de mantenimiento del neumático.
9.Elegir una llanta adecuada para las condiciones del terreno por dónde vamos a rodar, no es lo mismo lluvia que desierto.
10.No sobrepasar la vida útil de un neumático, que viene determinada, no por el desgaste de su banda de rodamiento, sino por su estado de conservación general y el número de kilómetros recorridos.