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Más bicicletas, menos coches

32 kilómetros de paseo y ejercicio fueron el séptimo Ciclotón de la Ciudad de México. Por: Ricardo Silverio

Más bicicletas, menos coches

En efecto luego de una cantidad de criticas interminables por los amantes de los automóviles que toman el coche para trasladarse a sólo unas cuantas cuadras (no generalizo, pero existen muchos casos) y algunas instancias de gobierno, el Ciclotón ha sobrevivido a 7 ediciones. Poco a poco las personas se integran más a esta práctica ya que este tipo de rutas les brindan la seguridad que en cualquier día de la semana es imposible.

El Ciclotón es una naciente tradición bastante pintoresca donde las clases sociales se mezclan y se olvidan de prejuicios ya que el deporte, la convivencia y por supuesto tener una actividad física juntan a los individuos. Es interesante poder ver bicicletas que cuestan lo mismo que autos austeros compactos (y si, más caras que los autos chinos que llegarán a nuestro país) hasta autenticas reliquias con ruedas, pasando por modelos sicodélicos que imitan a motos "chopper", patines, patinetas en fin casi todo lo que tenga ruedas y sea únicamente movido por nuestros medios.

El viaje comenzó cuando al cruce de Insurgentes y Rio Mixcoac noté que la calle estaba cerrada y recordé que era el último fin domingo del mes por lo que me integré el cauce de los ciclistas, anteriormente había intentado ir pero no me fue posible así que este vez no deje pasar la ocasión. El pasaje fue lleno de color, desde señoras en bicicleta con delantal hasta caballeros pedaleando con sendos zapatos de vestir.

El viaje en lo que calentaba comenzó por  Av. Patriotismo, donde la libertad de movimiento era total hasta la incorporación a la colonia Condesa por las calles de Mazatlán y sonora donde sufrimos bastante por las condiciones del pavimento (pero aún así gastan millones en una pista de hielo temporal), pero terminó este problema para llegar a la calle más atractiva de México, Reforma donde había exposición y venta de flores de nochebuena, dulces, así como vendimias de productos de ciclismo.

El colorido viaje continuó por la colonia Centro donde en un día normal es imposible circular por esas calles hasta Fray Servando y Troncoso donde los colonos nos veían un tanto recelosos cuando pasábamos por su calle cerrada, por fin llegamos a Viaducto y pasamos cerca de la catedral del automovilismo el Autódromo de los Hermanos Rodríguez y el multifacético Palacio de los Deportes, en este punto la resistencia comenzaba a traicionarme y los puentes de esta vía fueron un autentico martirio para las piernas. Por fin complete la primera vuelta del los 31 km y continué por "instrumentos" hasta nuevamente llegar a Reforma donde me tendí en la banqueta para respirar mientras escuchaba a lo lejos consignas políticas para el "presidente legítimo". (bueno esto no se trata de política).

Sírvase esta pequeña semblanza para que usted que lee esto, se anime a tomar su bicicleta y salir a este paseo fomentando la convivencia familiar y ciudadana, el deporte y por último y más importante es el poder quitarle medio día al mes el control de la ciudad a los automovilistas.

Puede sonar contraproducente hablar bien de los coches y escribir de fomentar el uso de la bicicleta, pero la polución y el tráfico diario deberían de habernos hecho entender ya que estamos mal dependiendo del auto para viajar, o usted pregúntese si es correcto ver tantos autos (o peor aún camionetas) paradas en el tráfico, siendo conducidas por una sola persona. Es sencillo decir que queremos salvar el medio ambiente pero no lo es tomar medidas para hacerlo.

Comentarios: ricardo@autocosmos.com

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