Existen muchos modelos emblemáticos de cada marca armadora de automóviles, o simplemente autos que por su diseño son los objetivos de las casas preparadoras de tuning. En este caso el Mini no fue tocado mecánicamente pero su piel se transformó en el lienzo para el artista Robert Combas.
Este auto fue pintado especialmente para la edición número 34 de la feria de arte contemporáneo en parís y no sólo será de exhibición ya que se encontrará entre las piezas de venta de dicha exposición.
El arte expresado en este Mini evoca a la libertad alejándose de esquemas establecidos y cuadrados como lo es la simetría. La gama de colores nos lleva a utilizar la imaginación y prácticamente el poder ver el movimiento del los seres plasmados en el auto.
Las imágenes que constituyen a esta obra son elementos de nuestro entorno y sueños, historias y personajes plasmados que nos observan al ver el mini. En fin cada quien hace lo que quiera con su dinero y autos aunque en ocasiones son verdaderas aberraciones.
Este Mini es atractivo y demuestra que el arte que uno quiere expresar tiene muchos caminos para poder salir a la vista de las personas.