SAO PAULO.- Ridículo histórico de McLaren en la batalla final de Interlagos. Raikkonen se proclamó campeón del mundo tras quedar primero en la carrera final en la que Alonso fue tercero y Hamilton séptimo.
Hamilton salió a competir con nervios que lo destrozaron mientras que el hombre de hielo Kimi Raikkonen lo desplazaba con una facilidad que a todos extrañó.
Asimismo, Hamilton fue rebasado por su coequipero, que al final le demostró el porqué él ya fue campeón del mundo. El caso es que las flechas de plata, con todo y la mesa puesta, no pudieron parar a los bólidos de Maranello que al final resultaron ser los dueños de todo el pastel. Se llevan campeonato de pilotos y escuderías.
Dicen que el viento nunca es favorable para el que no sabe donde va.
Raikkonen, dos veces subcampeón mundial, ganó por primera vez el título al imponerse en el circuito de Interlagos por delante de su compañero de equipo Felipe Massa, que salió desde la "pole" y al que superó en la segunda carga de combustible tras una estrategia propia de un relojero suizo más que de un equipo de carreras.
Alonso, logró el tercer puesto en la carrera pero quedó muy lejos de los bólidos de Ferrari que abofetearon a las otrora "balas de plata".
Hamilton, que lo tenía todo a su favor para lograr el título -llegaba como líder y partía segundo en la carrera tras Massa-, cavó su propia tumba en la salida y antes de completarse la primera vuelta. En la arrancada, fue rebasado por Alonso, cuarto en la parrilla de salida. El asturiano se jugó el todo por el todo sabedor de que nada tenía que perder y el inglés, al intentar recuperar su posición, se pasó de frenada y se salió de la pista para caer al pozo, en la decimoctava plaza. Se paga el precio de la novatez.
Los nervios no son buenos consejeros y pues ni hablar mi querido Hamilton, ya tendrás muchas temporadas para reponerte y madurar esta durísima derrota.
