Octubre de 2007. A estas alturas no es noticia para nadie que las regulaciones en materia de emisiones y consumo se están haciendo cada día más rígidas y complicadas de cumplir, en el caso de los fabricantes de poco volumen y de los de vehículos de alto desempeño siempre ha existido la disyuntiva de si deberían o no cumplirlas.
Ferrari aplica como fabricante de vehículos de alto rendimiento y de poco volumen, pero en Maranello están muy preocupados debido a que las nuevas regulaciones que están a punto de entrar en vigor, tanto en Europa como en Norteamérica podrían impedir que se comercialicen sus exóticos deportivos.
Para cumplir con las nuevas regulaciones, Ferrari está explorando la tecnología de inyección directa como medio para reducir consumos y emisiones, cabe señalar que en este terreno el líder indiscutible de la industria es Grupo Volkswagen por lo que Ferrari se alió con el proveedor Bosch quien también provee a Grupo VW para desarrollar su sistema de inyección.
Mientras no existan súper autos que funcionen con hidrógeno o biocombustibles, la única salida que le queda a fabricantes como Ferrari será la de buscar tecnologías que le permitan cumplir con las cada día más estrictas regulaciones a efectos de no quedar fuera de los mercados más importantes del mundo, aunque el hecho de tener vehículos extremadamente potentes y de mecánicas grandes se contrapone al principio de reducir consumos y emisiones.