Septiembre de 2007. Si hay una marca que nos tiene acostumbrados a presentar vehículos conceptuales espectaculares y diferentes, esa es Citroën. La firma francesa siempre llega a los salones europeos importantes como París, Ginebra o Frankfurt con la intención de robar cámara por sus espectaculares diseños y propuestas.
En esta ocasión, la firma gala preparó para Frankfurt un vehículo familiar llamado C-Cactus, que toma su nombre a partir de los bajos consumos que presume. La motorización es híbrida HDI, es decir un tren motor que conjuga una planta de poder eléctrica y otra a diesel. El consumo anunciado es de 3.4 litros / 100 kilómetros.
El fabricante emplea materiales reciclados y renuncia a algunos elementos no esenciales (sin especificar cuales), además el sistema de fabricación relativamente sencillo, por ejemplo: el interior requiere solo de 200 piezas, mientras que un vehículo de tamaño equivalente de producción necesita al menos el doble. El C-Cactus podría tener un precio final similar al de un compacto en su versión base.
El equipamiento no es muy amplio, pero lo básico a sabiendas de que se trata de un concept car está cubierto, como el climatizador automático, un estéreo de alta fidelidad y un techo panorámico si están incluidos.