Agosto de 2007. El mercado de los compactos deportivos ha experimentado la llegada de numerosos e interesantes productos, el Mini Cooper S debido a su motorización y precio compite en ese segmento, aún cuando es bastante más pequeño por lo que hace al tamaño, ya que en cuanto a prestaciones y emociones es quizá el más rico de toda la oferta disponible.
Más divertido, imposible
El Mini Cooper estrena un motor de 1.6 litros que BMW desarrolló conjuntamente con el grupo PSA Peugeot Citroën, en el caso de la versión S, recurre a un turbocargador, dejando de lado el supercargador que montaba la generación anterior. El cambio tiene su razón de ser, los turbocargadores funcionan mejor en motores de baja cilindrada como este, ya que al llenarse por medio de los gases de escape, no roban potencia al motor a través de la banda conectada al motor que si requieren los supercargadores para funcionar.
Pero la verdadera ventaja para el consumidor de que ahora la mecánica sea turbocargada es, que se obtiene una curva de par más plana, entrega de más potencia y durante más tiempo, mientras que el consumo también ha disminuido considerablemente. El propulsor entrega 175 hp y la realidad es que al volante se siente que fueran bastantes más, el Cooper S es muy rápido, ágil y divertido, la transmisión manual de seis velocidades es corta, por lo que en muy pocos metros se pueden alcanzar velocidades de infarto, la sexta velocidad queda como de sobremarcha.
Pese a que la generación anterior del Mini era un vehículo de excelente manejo, BMW se las arregló para mejorar mucho ese aspecto en esta nueva generación, aún cuando es de un comportamiento explosivo y alegre, el Cooper S es muy controlable y noble, no hay sobresaltos ni sorpresas, pareciera que rueda sobre rieles, a donde apunta el volante va el auto con mucha precisión. Se ha vuelto menos brioso, es ahora más predecible y brinda mayor comodidad, sin olvidar que la versión S tiene un ajuste de suspensión duro para ofrecer mejor desempeño deportivo.
Todo un BMW
La evolución también le trajo al nuevo Mini una serie de beneficios en términos de tecnología y equipamiento, ahora emplea el mismo sistema de cableado por fibra óptica que todos los BMW, ello aunque no represente una mejora tangible para el comprador, permite incorporar bastante más equipamiento y tecnología al vehículo. Por ejemplo el fantástico sistema DSC ya también puede ser equipado en el pequeño Mini, dicho sistema es el control de estabilidad y tracción del fabricante alemán, que permite una conducción casi de piloto a manos inexpertas, claro teniendo en mente los límites de la física.
Sigue siendo un Mini
Aún cuando el nuevo Mini Cooper representa un salto generacional, la estética típica que se espera de un Mini permanece, los cambios desde un punto de vista visual radican en una parrilla más grande, un cofre ligeramente más alto (por razones de protección a peatones), los faros ahora integran las direccionales, lo que permitió hacer más grandes las luces de penetración. En el caso del Cooper S, la entrada de aire que se ubica en la parte superior del cofre es ahora un elemento meramente estético que le permite diferenciarse del Mini atmosférico, ya que dejó de ser útil al migrar al turbocargador. La línea del hombro ahora tiene una tendencia a elevarse conforme recorremos el auto de adelante hacia atrás, haciendo más pequeños los cristales.
Más espacio
Como se trata de una plataforma nueva, uno de los puntos en los que se puso mayor atención fue el interior, desde materiales y ensamble, hasta conseguir mejor espacio para los ocupantes, ahora es posible llevar a dos adultos de talla media en la banca trasera con relativa comodidad y siempre y cuando los ocupantes delanteros no sean émulos de Frankenstein. La consola fue completamente rediseñada y los mandos del clima forman el emblema de la marca, se mantienen los controles a través de palanquitas e incluso se amplió el uso de dicho sistema a los controles de iluminación interior y quemacocos.
No todo es miel sobre hojuelas
Si bien es cierto, el Cooper S es verdaderamente efectivo en términos de imagen y desempeño deportivo, siempre hay negritos en el arroz, en este caso, la suspensión es dura y aunque trabaja mejor que en la generación anterior, habrá muchos a los que no les parezca grato recibir una patada en la espalda cada que se presente una irregularidad en el camino, el auto es duro y hay que tener eso en mente. Ya en el interior, el quemacocos panorámico tiene una red perforada que no alcanza a evitar que los rayos del sol entren de manera molesta, por si fuera poco, el habitáculo también se calienta bastante, por lo que para aquellos que vivan en climas cálidos el quemacocos panorámico podría volverse en un sentido literal, un verdadero dolor de cabeza.
Conclusión
El Mini Cooper S es un auto de sensaciones, el manejo es extraordinario, deportivo, comunicativo y preciso, mientras que el diseño le permite ser un imán de miradas, es un auto capaz de seducir por igual a hombres y mujeres pese a ser más pequeño que competidores como el VW GTI. No cabe duda que también ha sido capaz de generar un interés en el sexo femenino por vehículos que tradicionalmente estaban limitados a los hombres. Por otra parte, el Cooper S tiene una rigidez de suspensión elevada, que si bien le permite ser muy deportivo, penaliza mucho la comodidad, por otra parte, el quemacocos panorámico filtra muy mal el calor y luz, por lo que si será un punto a evaluar, si se pide o no con esa opción, después de todo, en México no reinan los nublados climas que tiene el Reino Unido.
Lo que alegra el día.
- Extraordinario manejo y desempeño
- Un diseño sumamente atractivo
- Elevado nivel de equipamiento y calidad de materiales
- Es más refinado, amplio y cómodo que el anterior
Lo que faltó.
- Un quemacocos que pudiera aislar mejor la luz y temperatura en caso necesario.
- La suspensión es dura.
- Mayor capacidad de cajuela.
- Uno en mi garage.
Precio en México:
Mini Cooper S Hot Chili $30,500 USD
