El tuning empleado en esta preparación del Mini es bastante llamativo, y no sólo es estético ya que el funcionamiento fue modificado tanto en el motor como en las especificaciones de manejo. Al interior también cuenta con cambios no tan llamativos pero si lo hacen diferente.
El R56 de Schnitzer cuenta con el mismo motor de 170 HP turbo del Mini pero con mejoras sobre todo en el sistema de escape y los silenciadores. Esto hace que el R56 no sea un auto más rápido sino que sea un auto de mejor manejo y de un sonido exquisito.
Para la parte del manejo cuenta con una suspensión mejorada que por si queda duda de su calidad sólo queda decir que fue desarrollada en el "infierno verde" del Nürburgring. Esta suspensión en combinación con el paquete aerodinámico del R56 brinda una mejor experiencia de manejo y sobre todo un mejor control -aunque al Mini no le falte más control- este paquete cuenta con difusores delanteros así como un nuevo juego de faldones que lo mantienen pegado al piso.
Al interior prácticamente todos los elementos fueron retocados con aluminio y por supuesto el logotipo de la marca Schnitzer en asientos y tapicería. Para finalizar la vista, de manera opcional el R56 cuenta con los rines de 17 y 18.