Vende tu auto
Automovilismo

Continúa el juego de espías en la Fórmula 1

Ahora entra el nombre de McLaren en la investigación de espionaje de Ferrari Por: Ricardo Silverio

Continúa el juego de espías en la Fórmula 1

Ferrari comenzó una temporada muy fuerte con un Kimi Raikkonen con gran ritmo al igual que su compañero Felipe Massa, pero al llegar a Mónaco inició un declive y los autos se mostraron inferiores batallando en media tabla. Precisamente en Mónaco inició la problemática ya que supuestamente se descubrió a Nigel Stepney realizando labores de sabotaje, presuntamente al poner "un polvo blanco" en los motores, lo cual fue visto por algunos mecánicos quienes reportaron también haberle visto deshaciéndose de un saco con dicho polvo.

Posteriormente en una acción policial de redada en casa de Stepney se supone que se encontró ese  elemento dentro de uno de sus pantalones, mientras que el veterano ingeniero no ha dado declaraciones dejando todo en manos de su abogada y limitándose a decir que su reputación esta dañada y demandará a la Scuderia.

Caso grave si es real y todo parece indicar que si y ahora se suma un nuevo elemento al caso ya que McLaren despidió a un miembro de su equipo que en el medio se rumora que es Mike Coughlan "por recibir información técnica" el diseñador en jefe y viejo conocido de Stepney ya que se conocen desde hace 17 años y trabajaron juntos en Benetton y más tarde en Ferrari.

Por su parte McLaren a declarado que no recibido ningún tipo de información o propiedad intelectual por ningún "otro" miembro del equipo y que esos datos no se han utilizado en el MP4-22 y que el equipo esta dispuesto colaborar con la FIA y Ferrari para aclarar cualquier tipo de duda que puede surgir en este caso.

El sabotaje o espionaje no es algo nuevo ya que apenas el 26 de abril pasado se llevó a cabo una sentencia de un año y cuatro meses de cárcel a Marco Iacconi y Angelo Santini ex trabajadores de Ferrari y posteriormente de Toyota que pasaron información de la Scuderia al equipo nipón. El caso salió a la luz cuando los responsables de Ferrari vieron el Toyota TF2003 y descubrieron piezas iguales a las del Ferrari F2002. En 2004, un directivo de Toyota reconoció el robo informático, pero se negó a eliminar los datos de su software.