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Prueba de Manejo

Mercedes-Benz C250 Cabriolet 2017 a prueba

Se me ocurren muy pocas maneras más agradables de disfrutar el viento que en un Mercedes Convertible

Mercedes-Benz C250 Cabriolet 2017 a prueba

En un tiempo en el que la discusión al seno de la industria automotriz se centra en cómo integrar más y más a los autos con los teléfonos móviles o cuando llegará el ansiado día en que la conducción autónoma nos permita al fin evitar despegarnos del WhatsApp y Facebook, durante nuestros trayectos cotidianos, por lo menos de forma legal. Ya que sería inocente dejar de admitir que todos utilizan el celular mientras manejan, el que todavía existan vehículos como el Mercedes-Benz Clase C Cabriolet es digno de celebración y admiración.

La actual generación del Mercedes-Benz Clase C de nombre código W205 llegó al mercado hace ya un par de años, con mucho éxito cabe señalar. Por lo que además de las ya conocidas configuraciones de sedán, wagon y coupé, ahora se incorpora a la gama la variante descapotable, que dicho sea de paso se beneficia del vastísimo know how de la marca en materia de convertibles y por supuesto hereda muchas de las tecnologías de sus hermanos más grandes y costosos.

Precio: Inicia en $830,000 pesos

Características técnicas y mecánicas

La plataforma utilizada es la MRA (Modular Rear Wheel Drive Archquitecture), lo que quiere decir que es de tracción posterior o de acuerdo con la versión también puede ser integral y se caracteriza por el uso de aluminio y acero de ultra alta resistencia.

La gama de motores es amplia, sin embargo en el modelo de prueba se trata de un 2.0 litros turbo de inyección directa que eroga 211 hp y 258 lb-pie de torque y que como novedad adopta la nueva transmisión 9G Tronic de nueve velocidades.

Abrir o cerrar el toldo toma 20 segundos y se puede hacer hasta a 50 km/h

El largo es de 4.7 metros, mientras que la distancia entre ejes es de 2.8 metros, con lo cual, el C Cabriolet garantiza niveles decorosos de habitabilidad para las plazas traseras. La capota es suave, pero de tres capas y de ahí el que tengamos un extraordinario aislamiento acústico. El sacrificio en términos de filtración de ruidos en comparación con el Coupé o el Sedán es virtualmente inexistente. La operación de abrir o cerrar el toldo que por cierto es completamente automático toma aproximadamente 20 segundos y se puede realizar a velocidades de hasta 50 km/h.

En materia de seguridad incorpora ABS, ESP, siete bolsas de aire, asistente de estacionamiento y freno adaptativo con sistema de ayuda de arranque en pendientes.

 

Confort

La calidad de materiales y ensamble es exquisita, lo primero que nos recibe es un volante deportivo forrado en cuero con los costados perforados y de un grosor muy adecuado. Por su parte, los asientos están forrados en piel de excelente calidad con un tratamiento reflejante para guardar menos calor y que cuenta con un patrón de costuras con el que francamente se ven increíbles, este elemento también es utilizado para forrar los paneles de las puertas.

La combinación de materiales, plásticos, insertos en aluminio cepillado y madera de fresno negro con poro abierto, así como la botonería en metal ayudan a fortalecer la agradable y suntuosa atmosfera de la cabina.

Hablando del innecesariamente complicado sistema de info – entretenimiento, tenemos una enorme pantalla a color de muy buena resolución, que no es touch, y que se manipula a través de dos controles ubicados en la consola central. El que está arriba es táctil y permite deslizarnos hacia los costados entre los diferentes ítems del menú, con una utilización que nos remite al Magic Mouse de Apple, mientras que el de abajo es un mando circular que opera mucho más parecido a lo que conocemos en otras marcas como el iDrive de BMW o bien el MMI de Audi.

En teoría, el Mercedes-Benz Clase C Cabriolet es un convertible vehículo apto para cuatro ocupantes, para acceder a la banca posterior basta con reclinar el  respaldo del asiento hacia adelante y a continuación y de manera automática el asiento completo se recorre hasta adelante para abrir la mayor cantidad de espacio a efectos de que los ocupantes suban y bajen más fácilmente.

Una vez que regresamos el respaldo a la posición vertical, el asiento vuelve a la posición que estaba definida previamente.

El espacio atrás es limitado y el respaldo es demasiado recto por lo que la comodidad se ve comprometida. Si bien es cierto, soportar trayectos muy prolongados en el asiento trasero del C Cabriolet resultaría incómodo, un viaje de corta o media duración no debiera presentar demasiado problema, aunque también hay que tener en mente que el espacio para la cabeza es justo y eso que soy de talla media, alguien más alto si va tener problema con el toldo. Eso sí, cuidado con la cabeza al descapotarlo.

Por su parte, la cajuela no se puede abrir ya sea mediante algún botón ubicado en la tapa de la misma o con gesto del pie, por lo que es necesario presionar el mando correspondiente en el transponder o abrirla desde la cabina, tache para Mercedes por esta falta de practicidad.

La capacidad de carga es limitada, aunque debajo de la tapa hay un hueco para colocar objetos pequeños y si fuera necesario ganar más espacio se puede levantar la tapa ubicada en la parte superior, aunque esto impedirá que se abra el toldo.

Manejo

Tradicionalmente el optar por un auto convertible demandaba muchísimos sacrificios en materia de desempeño, comodidad o practicidad. Por principio de cuentas, la eliminación del toldo de lámina representaba una pérdida importante de rigidez estructural, por lo que los fabricantes se veían en la necesidad de reforzar el chasis a efectos de compensar esa pérdida y en consecuencia aumentaba el peso, lo que irremediablemente impacta negativamente en aspectos como performance y consumo.

Sin embargo, en este caso la plataforma que emplea el Mercedes-Benz Clase C Cabriolet es bastante rígida, al tiempo que es ligera, el peso es de unos 1,670 kilos que no es nada malo.

El siguiente punto es el gran avance que presentan los toldos de lona de la actualidad, originalmente eran manuales, mientras que el aislamiento térmico y acústico era fatal. Pero este que como les mencionaba es de tres capas aísla perfectamente, lo que permite trayectos muy cómodos cuando llevamos el vehículo cerrado sin importar si se trata de lluvia o frío.

Adicionalmente, cuando llevamos el vehículo abierto que es como debiéramos manejar siempre un auto como este, la tecnología puede ayudar mucho a mitigar la molestia que produce el viento, sobre todo al conducir en altas velocidades.

Gracias a las tecnologías AIRCAP y AIRSCARF el viento no molesta en absoluto, solo se disfruta

Lamentablemente, nuestro auto de prueba no incorporaba ninguna, pero dado el beneficio que representan vamos a mencionarlas. La primera, denominada AIRCAP consiste en un par de deflectores, el primero ubicado en el marco del parabrisas y el segundo detrás de las cabeceras posteriores que al activarse y en combinación con las ventanas levantadas crean una cápsula que elimina por completo la turbulencia

La segunda es la tecnología denominada AIRSCARF, que se traduce como bufanda de aire y que consiste en unas salidas para el climatizador que están ubicadas en la parte inferior de las cabeceras, con lo cual se puede regular mucho mejor la temperatura corporal, independientemente de la que impere en el exterior.

Por lo que hace al desempeño, esta no es la variante de entrada ya que se trata del C250 y es un hecho que desde que llegó la era de los motores turbocargados se hizo un desastre. Y es que originalmente dicho número habría significado que bajo el cofre tendríamos una mecánica de 2.5 litros.

Ahora la nomenclatura es mucho más complicada y podemos encontrar (como es el caso) un motor de 2.0 litros turbo de inyección directa que dependiendo de la potencia puede ser denominado como C200, C250 e incluso C300. El C250 ofrece la misma potencia que el Clase C que manejamos allá en 2014 cuando debutó la actual generación, es decir 211 hp y 258 lb-pie de torque.

La responsable de la inmensa mejora en el desempeño es la nueva caja 9G Tronic

Sin embargo, la gran novedad y el cambio dramático en términos de desempeño nos lo da la incorporación de la nueva transmisión de nueve velocidades en sustitución de la 7G Tronic ya que es años luz superior. Es más rápida, entrega mejores valores de eficiencia y encuentra siempre la relación idónea para explotar de la mejor manera el par motor. Además de que se puede controlar mediante las paletas ubicadas detrás del volante.

Se siente un coche ágil y divertido, cuando anteriormente el C250 si bien era un gran auto de lujo, no podíamos catalogarlo como rápido. De hecho el C250 Cabriolet hace el 0 – 100 km/h en 6.9 segundos y para poner en contexto un VW Golf GTI lo hace en 6.5 segundos. Nada mal si consideramos que en este caso la pretensión no es deportiva, sino de disfrutar el manejo y vaya que este convertibles es de lo mejor en ese sentido.

Evidentemente al ser un vehículo de la familia C, la tracción es trasera y por lo tanto la dinámica de conducción y aplomo son muy buenos. Adicionalmente la suspensión tiene un ajuste que balancea muy bien entre comodidad y deportividad y eso que no se trata de la adaptativa opcional.

Pasar por caminos en mal estado no es un suplicio y como tampoco es demasiado bajo, pasar topes o rampas tampoco es un problema.

Conclusión

El Mercedes-Benz Clase C Cabriolet es un capricho nada barato que dará muchas satisfacciones a su afortunado poseedor. Luce atractivo, ofrece un manejo sumamente gratificante y de ninguna manera pasa desapercibido.

 

Mercedes-Benz C250 Cabriolet - Manejo gratificante al descubierto

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