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KIA Niro 2017 llega a México en $508,400 pesos

Realizamos un reto de consumo desde la CDMX hasta Acapulco para saber cuánto puede ahorrar el primer híbrido de la marca en nuestro país

KIA Niro 2017 llega a México en $508,400 pesos

La firma coreana KIA mantiene en el inicio del año la agresiva ofensiva de producto que mostró durante prácticamente todo el 2016.

A la llegada del Rio 2018 que dicho sea de paso, ya se fabrica en nuestro país en enero pasado, para el segundo mes del año la firma también tiene una novedad interesante. Se trata del primer híbrido que la marca introduce en México, me refiero al Niro, que dicho sea de paso ya tuvimos oportunidad de probar en Autocosmos.com e incluso hacer una comparación de rendimiento de combustible contra el híbrido más vendido del mundo, el Toyota Prius. Evidentemente no te voy a decir cuál fue el resultado, si quieres conocerlo, haz clic aquí.

Por tecnología el rival natural del Niro es el Prius

El KIA Niro 2017 es un crossover subcompacto, esto quiere decir que por medidas y carrocería, es competidor de modelos como: Honda HR-V, Chevrolet Trax o Mazda CX-3, entre muchos otros. Sin embargo, por planteamiento mecánico y tecnología, su rival natural es el ya citado Toyota Prius.
 

El reto de consumo

 

 

Con la intención de darnos una idea de que tanto combustible puede ahorrar el KIA Niro, la firma organizó un reto de consumo partiendo del sur de la CDMX, puntualmente el Restaurante Arroyo que se encuentra sobre Insurgentes Sur a unos cuantos kilómetros de la caseta de Cuernavaca y que concluiría hasta llegar a Punta Diamante, en Acapulco.

En principio de cuentas, se pudiera pensar que la ruta fue planeada para que le quedara muy cómoda al Niro, salir de más de 2 mil msnm y bajar hasta el nivel del mar. Sin embargo, en la práctica el trayecto es todo menos fácil, ya que cuenta con pesadas subidas y muchas bajadas que en conjunto suman varios miles de metros. Es decir, la autopista del sol está lejos de ser una tranquila y constante pendiente.  

Las reglas eran simples, ganaba el auto que consumiera menos en el trayecto y éste se tenía que completar en un periodo no mayor a seis horas.

Sobra decir que, como la idea era gastar lo menos posible, empleamos todas nuestras técnicas de manejo para ahorrar gasolina. Aceleraciones lo más suaves posibles, aprovechar la inercia del vehículo tanto como fuera posible, no acelerar en las bajadas y obviamente no encender el aire acondicionado.

Como buen híbrido, el KIA Niro recupera energía tanto de la frenada como cuando vamos en una pendiente y soltamos el acelerador. Por lo que el inicio del trayecto resultó pesado, de la caseta y hasta Tres Marías, es pura subida, por lo que aun a ritmos penosamente lentos, tanto que incluso estorbábamos a la gran mayoría de los camiones pesados, y aun así el rendimiento no fue el mejor.

Sin embargo, luego de que iniciara la bajada, que prácticamente es constante hasta casi cruzar por completo Cuernavaca nos recuperamos, al salir de la ciudad de la eterna primavera el Niro marca la impresionante cifra de 2.2 Litros /100 kilómetros, es decir unos sorprendentes 45.45 km/l. Claro, que todavía faltaba volver a subir y vaya que era bastante.

Esta parte del trayecto se empezó a complicar, además de que con frecuencia éramos el vehículo más lento, el calor empezaba a afectar bastante, por lo que durante breves periodos lo encendíamos para disminuir la temperatura en el habitáculo.

El punto de control estaba ubicado en el mirador del Puente Mezcala, esa gigantesca estructura que permite cruzar en cuestión de segundos el Río Balsas. Hasta ese momento y cuando nuestro recorrido ya superaba ligeramente las cuatro horas, nuestro consumo promedio había bajado a 34.48 km/l.

A partir de ese punto faltaba la brutal subida hasta Chilpancingo, en algunos momentos era tan empinada que nuestra velocidad no superaba los 40 km/h. Me sorprendió en varias ocasiones que aun cuando el cluster de instrumentos marcaba más de ¾ de batería, el motor eléctrico no entraba en acción, como si el Niro guardara la carga para un mejor momento, aun en modo de manejo ECO siendo que no habría uno mejor que ese.

Llegamos a la bajada antes de la desviación a Acapulco Diamante y con ello logramos reponer algo del rendimiento perdido en las subidas pasadas, en ese momento el Niro marcaba un promedio de 3.0 L/100 km, sin embargo restaban 40 minutos para el cierre de la competencia, por lo que decidimos acelerar un poco más. Al final llegamos al punto de encuentro en Punta Diamante luego de 5 horas con 50 minutos marcando 3.1 L/100 km, es decir 32.26 km/l.

 

No ganamos, hubo al menos tres competidores que llegaron con mejor consumo, eso sí, la diferencia fue marginal, aunque se quedó la duda entre los competidores acerca de si el ganador había terminado el recorrido en menos de seis horas. En fin, fue extenuante y en ocasiones desesperante, no hacía tanto tiempo a Acapulco desde que existe la Autopista del Sol o aquella ocasión en que tuve el infortunio de quedar atrapado en una de las protestas de los maestros en Chilpancingo – aquella vez hicimos nueve horas –.
 

Conclusión

Es cierto, 32.26 km/l es una cifra excepcional, pero también lo es que se logró en condiciones de manejo que se alejan completamente de la realidad. Bajo circunstancias de uso cotidianas es un número inalcanzable, aunque debiera superar sin ningún problema los 20 km/l en carretera aun exigiéndole a fondo.

El KIA Niro incorpora un sistema híbrido que se compone de un motor de 1.6 litros asociado a una sofisticada transmisión automática de doble clutch y seis velocidades que gracias a la ayuda de un motor eléctrico que se alimenta de una batería de iones de litio entregan 141 hp y 194 lb-pie de torque, debido al reto de consumo no soy el adecuado para decir si cuenta con la potencia suficiente para llevar ritmos adecuado, en carretera, aunque de acuerdo a nuestra prueba si la tiene. Asimismo, está bien equipado, presume de buena calidad de ensamble y luce atractivo, aunque la posición de comando no es muy elevada, por lo que no logra transmitir un manejo como de SUV.

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