Antecedentes
Ya está en el mercado la décima generación del Honda Civic, uno de los compactos más exitosos sobre todo en los Estados Unidos, la historia del Civic en nuestro país se remonta hacia la segunda mitad de los noventa cuando llegó la sexta generación, de nombre código EK.
Pero volviendo al Civic 2016 que por cierto acaba de ser nombrado North American Car of the Year, es un producto completamente nuevo que confirma las intenciones de Honda por recuperar ese halo de marca emocionante, de buen manejo, con extraordinarios y modernos motores.
Las líneas de diseño son agresivas y atrevidas, recuerdan más a los coupés de 4 puertas que a los sedanes tradicionales de 3 cuerpos. En general luce musculoso y la parte trasera con esas dramáticas calaveras es definitivamente la parte más distintiva.
El precio inicial es de $292,900 pesos, la versión tope de gama fue la que tuvimos a prueba, de nombre Turbo Plus tiene un precio de $374,900 pesos. Sí leíste bien ¡374,900 pesos!
Características técnicas y mecánicas
Bajo el cofre encontramos un totalmente nuevo 4 cilindros de la familia Earth and Dreams de 1.5 litros, turbo de inyección directa que entrega 174 hp y 162 lb-pie de torque y que se acopla a una transmisión continuamente variable CVT que envía la potencia a las ruedas delanteras.
En materia de seguridad encontramos que el Civic fue nombrado recientemente Top Safety Pick+ por parte del IIHS; dentro de la lista de equipamiento encontramos: Bolsas de Aire, ABS, ESP, cámara de visión trasera con 3 perspectivas diferentes y un interesante monitor de punto ciego que se despliega en la pantalla central proyectando la imagen proveniente de una cámara colocada en el retrovisor que se activa al colocar la luz direccional hacia la derecha.
Resulta medio raro que cuente solamente con este sensor a la derecha, siendo que del lado izquierdo también existe punto ciego, adicionalmente solo se activa cuando activamos la direccional, con lo que en caso de no tener esta buena costumbre no sirve de mucho. Un testigo en la base del poste A como otros autos habría complementado muy bien. Asimismo, no cuenta con sensores de estacionamiento acústicos que resultan de gran ayuda dado que calcular la distancia solo con la cámara es difícil.
Confort
La cabina es bastante más sobria de lo que cabría esperar luego de observar el extravagante exterior, eso sí, la calidad de materiales y ensamble es de lo mejor que hay en el segmento. Las superficies son suaves al tacto y en general, el habitáculo genera una atmósfera de calidad y atención al detalle.
Cuenta además con algunas soluciones interesantes como la consola central que ofrece un espacio de almacenamiento inmenso y ofrece en su interior una pequeña charola y portavasos corredizos, así como una división al fondo para evitar que las cosas se muevan de un lado a otro. En la parte inferior del tablero encontramos un espacio exprofeso para colocar el teléfono móvil que cuenta con unos aditamentos para mantener los cables ya sea de datos o del cargador en su lugar y así no tener que perseguirlos cada que sean necesarios.
Evidentemente equipa elementos como climatizador automático de dos zonas, quemacocos y asientos forrados en cuero.
Por su parte, el cluster de instrumentos está dividido en 3 secciones, la central cuenta con una gran pantalla a color en donde se despliega el cuenta revoluciones de la manera tradicional, es decir como un reloj análogo. La velocidad se muestra mediante con un gran número al centro, más abajo tenemos información configurable como: rendimiento de combustible, boost del turbo, estado del sistema de audio, etc. En los costados de dicha pantalla se grafican con a través de barras de LED; el nivel de combustible y temperatura.
La posición de manejo en general es cómoda, sin embargo la manera en que se empalman tablero y consola central resulta incómoda para apoyar la rodilla derecha. Asimismo, los controles de los mandos en el volante tienen un acabado transparente que les confiere una apariencia barata e inconsistente con el resto de la botonería y acabados. Un detalle que vale la pena destacar es el control del volumen que cuenta con una función touch para incrementar o disminuir, además de funcionar con oprimir el signo de menos o más.
El sistema de info-entretenimiento se controla mediante una pantalla táctil de 7 pulgadas compatible con Apple Carplay y Android Auto. Cuenta con Navegador, Bluetooth y demás funciones ya obligadas para un sistema de nueva generación. Hay que destacar que los comandos de voz no son difíciles de utilizar “cuesta trabajo hacerse entender con la máquina” y la interfaz para consultar la agenda de contactos, por lo menos con teléfonos Android no es nada amigable.
Por su parte, el espacio para las plazas traseras es bastante bueno, esto gracias a que el Civic es 75 mm más largo y la distancia entre ejes se incrementó en 30mm.
Hablando de la cajuela, tenemos el inconveniente de que la prolongada caída del poste C provoca que la boca de entrada sea demasiado reducida, por lo que meter objetos voluminosos puede ser un problema. Los 427 litros ubican la capacidad de cajuela del Civic por arriba de un Mazda3 Sedán aunque lejos del Jetta o Sentra que superan los 500 litros.
Manejo
Sin duda el punto más sólido de esta décima generación del Civic es el manejo y en gran medida se debe a que es 31 kilos más ligero que antes, al tiempo que es 25% más rígido. Esto aunado a la suspensión independiente muy bien calibrada le confiere al compacto de Honda un comportamiento neutral y predecible, filtra adecuadamente las imperfecciones del camino, mostrando un buen balance entre confort y suavidad, es decir resulta cómodo pero sin llegar a ser demasiado suave.
El pequeño propulsor es una verdadera joya, aun cuando se enlaza a una caja CVT que jamás han sido de mis favoritas se percibe potente, ciertamente hemos mencionado anteriormente que las CVT de Honda están bastante bien logradas. Si la referencia es un Civic de las últimas 3 generaciones la diferencia es abismal, incluso se siente más rápido que un Si de la generación anterior, lo que me hace pensar que los próximos Si y R van a ser impresionantes.
Al colocar la palanca de cambios en la posición S, el Civic acelera con contundencia y gracias a la dirección de reacciones rápidas tenemos un auto que se parece mucho más en manejo a los Volkswagen Golf, SEAT León o Mazda3, siendo que sus predecesores se asemejaban en manejo y respuesta a los Toyota Corolla o Nissan Sentra, lo cual es una gran noticia.
El rendimiento de combustible es bueno, nos entregó un promedio de 11 km/l y no dudo que cuidándolo más podría ser un poco mejor, aunque he de confesar que la contundencia del Turbo y las reacciones alegres me obligaban a pisar un poco más el acelerador.
Conclusión
No cabe duda que el nuevo Honda Civic 2016 es un producto excelente cuando tenemos el motor turbo bajo el cofre, bien podríamos ubicarlo en la parte más alta del segmento. Se maneja excelente, está bien construido y cuenta con un motor eficiente y de última generación. El diseño puede agradar o no a todos, pero es seguro que no pasará desapercibido.
El problema sin embargo es el precio y es que por 375 mil pesos, el Civic es 52 mil pesos más costoso que un León FR con motor 1.8T de 180 hp y caja DSG de 7 velocidades, 40 mil más caro que un Golf Highline y 36 mil pesos más que un Mazda3 GT Aut.
Incluso, para los clientes que lleguen a las distribuidoras Honda, se encontrarán con que el Accord Sport que pertenece a un segmento superior cuesta $369,900, mientras que una CR-V i-Style cuesta 364,900 pesos. Aunque eso sí, de los tres el nuevo Civic es el que ofrece más tecnología y un manejo más gratificante.
Honda Civic Turbo 2016 a prueba