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Prueba de Manejo

Mercedes-Benz G63 AMG 2014 a prueba

Manejamos uno de los SUV con más historia… y también uno de los más costosos que se venden en México

Mercedes-Benz G63 AMG 2014 a prueba

 

Antecedentes

Como dijimos en la descripción, el Clase G es uno de los SUVs con más historia y prestigio del mundo. Su origen se remonta a 1979, cuando después de haber sido encargado por el Sha de Irán –que tenía acciones en la marca- para uso militar, finalmente da el brinco al uso civil. Un poco como la historia de Hummer pero bastante más exitosa.

Desde entonces, la Geländewagen (Clase G) ha cambiado realmente poco, manteniendo la forma cuadrada y muy orientada al off-road que le ha caracterizado, pero sin perder el toque de lujo de Mercedes-Benz –no por nada se ha mantenido como el buque insignia de camionetas de la marca de la estrella de tres puntas.

Desde 2013, tuvo algunas actualizaciones menores, en las que se cambiaron partes del frente, luces de conducción diurna de LED, espejos retrovisores (parecen ser tomados de un Clase C), panel de instrumentos, tablero, ganó la pantalla del sistema COMAND en el interior y varios aspectos mecánicos que detallaremos a más adelante.

En México encontramos la Clase G en tres versiones, la primera es la G500 y después están las dos variantes “deportivas” preparadas por la división de performance de la marca, AMG. De esta forma quedan la G63 AMG (versión de esta prueba) y la G65 AMG (con un desorbitante precio de más de 4millones de pesos), aunque en realidad existe una última versión con seis llantas y unas monstruosas capacidades off-road llamada G63 AMG 6x6 que no se vendió en México.

Ahora sí, vamos a conocer a detalle la G63 AMG 2014.

 

Precio: $2,650,000 pesos

 

Características técnicas y mecánicas

Sin duda los cambios más importantes que sufrió la Geländewagen en 2013 se encuentran en los elementos mecánicos, al recibir la nueva generación de motores en todas sus versiones (G350 BlueTec y G500) con sistema Start & Stop y la transmisión automática de siete velocidades.

La versión AMG –que en ese entonces se mantenía como la G55 AMG- cambió el motor súpercargado de 5.5L (nunca tuvo el motor 6.2L aspirado) por uno de la misma capacidad pero Biturbo con una potencia de 544 caballos y 560 Lb-pie de torque que ahora es denominada G63 AMG y que manejamos en esta ocasión.

No olvidemos que la Clase G nació como un vehículo militar todo terreno, así que las capacidades off-road se mantienen inclusive en las versiones AMG con tinte más deportivo. De esta forma encontramos bloqueo de diferenciales en el eje delantero, la parte central y el eje posterior que se alimentan de la potencia del motor mediante la transmisión automática de siete velocidades AMG SPEEDSHIFT PLUS 7G-TRONIC con levas de cambio detrás del volante para el modo manual y reductora para cuando el camino se torna vertical.

La Mercedes-Benz G63 AMG 2014 tiene una apariencia deportiva gracias a una suspensión más baja –más firme también- y cuenta con frenos más potentes con discos ventilados y perforados de 375mm adelante y 330mm atrás, además de pinzas de seis y un pistones respectivamente.

Junto a la palanca selectora, está un botón que nos permite seleccionar el modo de comportamiento de la transmisión (el acelerador, dirección y suspensión no cambian) entre Comfort, Sport y Manual. En modo Sport la G63 AMG 2014 aguanta más lo cambios, deja subir hasta la parte alta del tacómetro las revoluciones del motor y así logra un tiempo de aceleración de 0 a 100 Km/h de 5.4seg para seguir empujando hasta llegar a los 210 Km/h.

 

Confort

La altura está bastante por encima del nivel de piso, entonces hay que dar un pequeño salto para llegar al asiento.

El interior está lleno de materiales de la más alta calidad, y todavía más importante, genuinos. Esto significa que la piel, madera y metales que encontramos en la cabina son reales y no plásticos emulándolos, como un verdadero auto de lujo debe de ser.

El entramado de los asientos en forma de rombo sin duda es de lo que más llama la atención del interior, le da una sensación impresionante de lujo y de auto realmente caro.

La edad de la G63 se nota en algunos detalles como en el cierre de las puertas que a veces toma más de un intento hacerlo correctamente y en cuestiones de equipamiento como el acceso/arranque mediante llave de presencia que esperaríamos encontrar en cualquier producto de más de dos millones de pesos de manera obligada pero no es así para la G.

La actualización de 2013 trajo consigo el sistema COMAND que se apoya de la pantalla info-entretenimiento y la perilla para controlar todo acerca de la misma. En dicha pantalla podemos manipular todo lo relacionado con el sistema de audio, conexión Bluetooth para el teléfono y dispositivos de audio, conexiones USB, Auxiliar y iPod (mediante un cable especial para cada uno que hay que conectar en el espacio debajo del descansabrazos), algunos ajustes del vehículo, el GPS y también nos muestra la imagen de la cámara de reversa.

Encontramos amenidades obligadas en un auto de lujo como las luces y limpiaparabrisas automáticos, control de clima automático de dos zonas, etc.

El espacio para las plazas traseras no es el mejor, hay que decirlo, sobre todo para las piernas pues la forma cuadrada le da mucho espacio respecto al techo del vehículo. La cajuela es muy amplia, de hecho podríamos decir que si sacrificaban un poco de espacio de carga y recorrían los asientos traseros ganaría practicidad.

 

Manejo

Al girar la “llave”, el motor V8 de 5.5L Biturbo arranca con un rugido bastante estruendoso –sobre todo si está frío- que nos gusta mucho. Seleccionar reversa o Drive es muy fácil pues están en los extremos del movimiento de la palanca –para seleccionar Parking hay que oprimir un botón.

Lo primero que notamos fue la poca sensibilidad de la dirección, creemos que este es otro aspecto que delata la edad de la Clase G, pues inclusive a bajas velocidades presenta un poco de “juego” al girar el volante.

Fuera de este detalle, el manejo es todo lo que esperábamos de un producto AMG. La respuesta del acelerador es inmediata, el motor suena increíble y la suspensión aunque es un poco dura tampoco llega a incomodar.

Durante nuestro periodo de prueba de una semana (sí, fue nuestra por UNA semana y puedes morir de envidia) la manejamos en carretera y ciudad pero no quisimos arriesgarnos a que pasara algo fuera del camino. Sabemos que tiene todas las credenciales para hacer un buen papel en offroad pero las llantas -completamente de carretera-, los rines de gran tamaño y la altura más baja, suponían un factor de riesgo.

De esta forma nos apegamos al pavimento y la verdad es que nos sorprendió y para bien. Primero que nada está la monstruosa aceleración y frenos que de no estar preparado sí pueden hacer que algún pasajero grite del susto. Para nuestra sorpresa a pesar de que la dirección no inspira confianza, la G se agarra muy bien en las curvas, sólo hay que hacer una “caída de confianza” (como las de cursos de superación personal en las que la persona se deja caer para que lo cachen), girar el volante y dejarte asombrar por lo bien que hacen su trabajo la suspensión y sistema de tracción integral.

Llegar a los 210 Km/h es tarea fácil (ustedes no lo leyeron pero nos consta) y se nota que de no tener el limitador probablemente llegaría a más velocidad. La pregunta en realidad es ¿para qué? Tienes básicamente una caja de zapatos de más de dos toneladas y media, con una dirección que no es muy precisa y un motor de 544 Hp que quiere seguir empujando; 210 Km nos parece adecuado, ¡gracias!

Tanto en ciudad como en carretera es imponente, los autos –aunque no vayas muy rápido- se quitan, dejándote libre el carril de alta a placer. La presencia de una Clase G debe de ser como pocas cosas en la calle, roba miradas y por qué no, un poco de envidia.

 

Conclusión

Si hiciéramos un análisis con la cabeza, el Clase G tiene todo en contra: es un producto viejo, no tan espacioso, un precio elevado y con una dirección que no inspira confianza. En ese sentido, un Cayenne Turbo S le pasa por encima, pero el SUV de Porsche NUNCA tendrá el mismo golpe de vista que un Clase G y mucho menos el G63 AMG.

Pongámoslo de la siguiente manera: si estuvieran estacionadas una G63 AMG, un Cayenne Turbo S o prácticamente cualquier otro SUV de lujo, todas las miradas estarían pendientes de quién se va a bajar de la Mercedes-Benz, lo cual es algo bueno o algo malo, dependiendo de lo que el cliente esté buscando.

El Cayenne podrá ser la reina en carretera pero en todo lo demás, la “G” tiene la ventaja.

 

Mercedes-Benz G63 AMG 2014 a prueba

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