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Manejamos la nueva Ford Ranger en Argentina

La nueva pick-up del óvalo azul llega para superar a toda la competencia, ¿lo logrará?

Manejamos la nueva Ford Ranger en Argentina

Introducción

La nueva Ranger no comparte ni un tornillo con la anterior y fue desarrollada con un solo fin: ser la mejor pick-up del segmento. Para ello se presenta en los papeles como un vehículo superior a la competencia, tanto como en capacidad, potencia, equipamiento de seguridad, confort e info-entretenimiento.

¿Logrará plasmar toda esta superioridad en su comportamiento dinámico?. Invitados por Ford a su presentación, luego de conducirla en el terreno montañoso de Salta, Argentina aquí llegamos a las primeras conclusiones.

Estética y cabina

Antes de subirse a la nueva Ranger hay que destacar que luce grande y robusta, con superficies limpias y un estilo que combina el look de las grandes pick-ups norteamericanas de Ford y detalles del Kinetic Design. El primero se manifiesta en la parrilla formada por grandes barras (cromadas en las versiones más equipadas) y el segundo en la boca inferior y las marcadas salpicaderas. Remata el perfil redondeado del cofre y el parabrisas fuertemente inclinado que ayuda a  mejorar en un 7% la eficiencia de combustible.

Ofrecida en 13 diferentes versiones, manejamos el nivel top, Limited, con el motor cinco cilindros en línea Puma TDCi 3.2L que entrega 200 hp, 346 lb-pie de torque y un consumo en carretera de 12.8 km/l, asociado a una transmisión automática de seis relaciones, tracción 4x4 y reductora conectables desde una perilla.

Lo primero que llama la atención es que el volante se puede regular en altura y no en profundidad. Esto obliga a llevar el respaldo un poco más recto, tarea fácil de calibrar gracias a todas las regulaciones eléctricas del asiento. En las plazas traseras llama la atención el espacio para las piernas y lo cómoda que puede resultar esta pick-up.

Ford habla de más de 20 espacios portaobjetos, con consola central refrigerada y guantera capaz de albergar una computadora portátil de 15”. También está la pantalla de 5” con navegador y sincronización con telefonía bluetooth o dispositivos de audio externos que se maneja desde el volante o la botonera estilo teléfono celular. Otros componentes exclusivos son las seis bolsas de aire que ayudaron a convertirla en la primera pick-up en obtener las cinco estrellas en las pruebas EuroNCAP. En el asiento trasero hay tres apoyacabezas, aunque el cinturón central es solo ventral.

El diseño general es atractivo y la calidad de los plásticos supera a la media del segmento. Los encastres aún pueden mejorar pero todo el conjunto se siente firmemente ajustado.

Dinámica

Puesto en marcha, el 3.2 litros no vibra tanto como se espera de un motor diésel colocado en un vehículo de trabajo, inclusive suena bien en cada acelerada. La acción de la caja de cambios no es perfecta, tiene algunos tirones en el paso de cambios, pero es efectiva en su trabajo. Si bien no hubo espacio de dar rienda suelta al pie derecho durante el recorrido en caravana, en cada pisotón se sintió una aceleración sólida. La dirección es pesada y directa.

Respecto de las suspensiones, el recorrido incluyó tránsito por empedrados (a baja velocidad) y por caminos en mal estado, incluyendo algunos vadeos en un pedregoso lecho de río casi vacío. En todos los casos se sintió la solidez del nuevo chasis con perfiles cerrados que duplica la rigidez respecto de la generación anterior, así como el buen trabajo de las suspensiones que absorben muy bien las irregularidades, sin dejarnos de hacer sentir que se trata de un vehículo destinado a cargar más de una tonelada.

Algunos componentes que se probaron durante el recorrido son el control de descenso (HSD), cuya velocidad puede regularse desde el volante, el bloqueo del diferencial trasero LSD, el control de tracción TCS.

Conclusión

Ford no miente cuando declara que la nueva Ranger es un vehículo de trabajo lo más confortable y refinado posible. Por un lado está el tacto pesado de la dirección y las suspensiones que la sitúan entre la aspereza de la Hilux y el refinamiento de la Amarok. Por el otro todo el despliegue en conectividad, seguridad, tracción y off-road, potencia, y aislamiento respecto del motor (al menos a baja velocidad) que no suele encontrarse en una pick-up mediana.

Hernando Calaza, enviado recomienda