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Prueba de Manejo

Ford Lobo SVT Raptor 2011 a prueba

La reina de las pick-up

Ford Lobo SVT Raptor 2011 a prueba

Antecedentes

La serie F de Ford ha sido y sigue siendo la reina de las pick ups. Aunque Chevrolet y Ram sin duda han mejorado sus productos y excedido en algunos puntos a la serie F, las ventas se inclinan más por los productos de Ford.

En nuestro país, a la serie de “lujo” se le conoce como Lobo, mientras que las de trabajo mantienen la nomenclatura F-150, F-250, F-350, F-450 y F-550.

En 2011, Ford lanzó la Lobo SVT Raptor, preparada por la división de alto desempeño –SVT- que este año cumple 20 años. Ésta, como pudimos comprobar en nuestras pruebas, definitivamente es la reina de todas las pick-up.

 

Precio: $680,900

 

Características Técnicas y Mecánicas

Mientras que la Lobo “normal” tiene que conformarse con sólo un motor V8 de 5.0L, 360 Hp y 380 Lb-pie, la versión más extravagante, la SVT Raptor, cuenta con un V8 pero de 6.2L, 411 Hp y 434 Lb-pie. La transmisión es la misma automática de seis velocidades y modo manual.

El agresivo exterior no es nada más por pose, sino que es meramente funcional. Las tomas en el frente le dan mayor ventilación al motor al igual que las salidas de aire caliente en el cofre. Las enormes salpicaderas están hechas para albergar las llantas para todo terreno con rines de diseño exclusivos para la versión, como también la impresionante suspensión de aluminio con amortiguadores Fox Racing que permiten 11.2 pulgadas de recorrido en la parte delantera y 12.1 en la trasera.

El resultado es una impresionante pick-up de 2,850 Kg, casi seis metros de largo, 2.2m de ancho y 2.0m de alto que logra un tiempo de aceleración de 0 a 100 Km/h en 6.6seg y una velocidad máxima de 160 km/h (gobernada electrónicamente) prácticamente en cualquier terreno.

Para completar el tratamiento de “indestructible todo terreno”, debajo del motor, encontramos una placa de acero protectora para evitar que alguna piedra cause daños a la parte mecánica, también está el diferencial autoblocante en la parte trasera y por supuesto, la tracción integral con reductora.

 

Interior

Continuando con el tema del exterior “naranja y escandaloso”, los asientos están forrados en piel color naranja con detalles en negro y plateado. Los tapetes, como su uso es orientado a la aventura, no son de tela sino de plástico rudo y resistente que además facilitan su lavada –nosotros lo comprobamos tras habernos subido con los zapatos llenos de lodo.

Los interruptores y perillas son grandes y se sienten resistentes además de estar pensados para usarse con guantes. Un detalle interesante es la consola de switches enfrente de la palanca de velocidades en la consola central, que además de portar el logotipo de la versión “SVT Raptor”, permite conectar algunos extras para controlarse desde el interior como el famoso winch y las luces que se pueden colocar arriba de la cabina y al frente.

La verdad es que encontramos muy buen equipamiento en esta extravagante pick-up. Desde la pantalla sensible al tacto en el centro del tablero con sistema de navegación, SYNC, sistema de sonido Sony, asientos eléctricos calefactables, pedales ajustables, controles de audio y del control de crucero en el volante y computadora de viaje que además muestra los ángulos de inclinación del vehículo al hacer off-road.

El espacio tanto para las plazas traseras como delanteras, gracias a que es la versión de cabina y media, es bastante generoso y aunque la banca trasera no es la más cómoda (gracias a la rectitud del respaldo), se pueden acomodar a tres adultos sin problema.

 

Manejo

Normalmente cuando probamos vehículos, los utilizamos en nuestros trayectos diarios e inicialmente nuestra intención fue hacer lo mismo con la Ford Lobo SVT Raptor 2011, pero tras un día de batallar para lograr guardarla en el garaje de su casa, nuestro Country Manager decidió dejarla guardada en la oficina. Eso significó que tuviéramos que hacer las pruebas en un mismo día.

Gracias a la suspensión más alta, resulta complicado subirse a la Raptor, pero gracias a los faldones laterales no es imposible. Lo primero que te recibe es el fastuoso interior que sin duda llama la atención desde que abres la puerta y posteriormente está el bramido del V8 cuando giras la llave y éste comienza funcionar.

Encontrar la posición ideal de manejo resulta fácil gracias a los múltiples ajustes del asiento, el volante y los pedales. Los asientos son cómodos, grandes pero también te hacen sentir sujeto –algo muy útil cuando estás manejando fuera del camino.

Una vez seleccionado Drive, la marcha resulta bastante normal, es cómoda y tanto los frenos como el motor tienen muy buena respuesta en el tránsito citadino. Si no fuera por las impresionantes dimensiones de la camioneta, podrías manejarlo diariamente sin problemas.

La Raptor definitivamente es algo poco fuera de lo común en la calle, algo que notas cuando sientes todas las miradas posadas en ti mientras manejas. Los autos te abren paso e inclusive los camiones se llegan a sentir intimidados por la presencia de ésta.

Cuando pudimos presionar el acelerador finalmente sentimos los 411 Hp y 434 Lb-pie del motor. La aceleración es muy buena para un vehículo de casi tres toneladas y el sonido que produce es realmente adictivo –algo que definitivamente afectó nuestro rendimiento promedio de menos de 5 Km/l.

La dirección es muy larga y confortable, pero a medida que la velocidad aumenta, ésta se endurece (no como la de un auto deportivo, pero sí se agradece esta función).

En caminos de terracería, ofrece muy buen control y la suspensión absorbe zanjas, baches y piedras que pudieras pisar. En estos caminos es donde realmente sale a relucir la “indestructibilidad” de la camioneta pues prácticamente todo lo que le arrojas, ésta pasa como si nada y pidiéndote más y más ¿es todo lo que tienes?

Cuando el camino se torna más complicado, el gran tamaño de la Raptor es una limitante sin embrago gracias a la caja reductora y al diferencial autoblocante sale muy bien de los obstáculos. Aquí es cuando utilizamos el modo de conducción off-road que retarda la respuesta de la transmisión y del acelerador para darle más control al conductor a bajas velocidades.

 

Conclusión

Si bien la Lobo es considerada una herramienta de trabajo, la Raptor definitivamente sobrepasa éste término y se convierte en un vehículo recreativo, el cual hay que decirlo no es precisamente barato tanto de comprar, mantener y alimentar. Es como tener una mascota exótica: salvaje, extravagante y que nuestra parte infantil quiere tener. Sí su uso en ciudad cae en el término impráctico (hubiéramos querido grabar la cara de un Valet Parking cuando llegamos a un restaurante a comer), es un “juguete” que si tienes con qué comprar, mantener y dónde guardar, se convertirá en una fuente de muchas sonrisas y aventuras dignas de ser contadas.

Por esto y por cómo luce, se convirtió en uno de los vehículos favoritos en la oficina de Autocosmos.

Ford Lobo SVT Raptor 2011 a prueba

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